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A QUE EDAD PUEDE ACUDIR UN BEBE A LA PISCINA

A QUE EDAD PUEDE ACUDIR UN BEBE A LA PISCINA
A qué edad puede acudir un bebé a la piscina
La matronatación se define como "la enseñanza de la natación a bebés de corta edad", pero ¿qué significa corta edad? Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), con datos de 'La Guía del niño' del Hospital de La Paz, "no existe unanimidad al respecto", es decir, no hay una edad considerada idónea para aprender a nadar. "En todo caso, -reconoce María Castillo, profesora del INEF de la Universidad de La Coruña- depende de la madurez del bebé".

La natación es una de las maneras más completas y divertidas de practicar deporte, además de un buen modo de prevenir que los niños se ahoguen en el agua por no saber nadar. Por ello es importante que nos familiaricemos con el medio acuático desde que somos pequeños y que ya los primeros baños en casa sean aprovechados por los padres para que el niño pierda el miedo al agua. Introducir la cabeza del bebé bajo el agua en la bañera, para lavarle la cara, o mojarle la cabeza y la frente son dos técnicas que pueden ayudar a conseguirlo.

Desde la escuela de natación Ureabi, su director, Alfonso Valdeolmillos, asegura que "no se trata de hacer bebés campeones, sino de que adquieran seguridad y sepan cómo actuar si caen al agua". De hecho, en este centro los bebés acuden a clases de natación desde que tienen un mes. "En realidad, se trata de enseñarles a flotar en posición dorsal para que, en caso de que caigan al agua, sepan flotar. Es posible que el niño proteste un poquito, pero cuanto más pequeños empiecen, mejor", asegura.

Con una veintena de clases, los bebés aprenden a flotar en posición dorsal; su cabeza es aún muy pesada como para que puedan controlarla y si nadasen boca abajo no podrían sacarla del agua. Además, hasta el cuarto o quinto mes de vida bloquean de manera natural la respiración debajo del agua, en un acto reflejo que les ayuda a cerrar las vías respiratorias por unos instantes, y con tan sólo un año- afirma Valdeolmillos - pueden nadar de espalda, siempre que un adulto les vaya cogiendo de la mano.

Con una veintena de clases, los bebés aprenden a flotar en posición dorsal
"Aunque algunos organismos recomiendan comenzar la natación a partir de los cuatro años, es preciso aclarar que no existen evidencias que la desaconsejen antes de esta edad", apunta la Asociación Española de Pediatría.

Por su parte, María Castillo reconoce que si las instalaciones acuáticas reúnen todas las medidas de seguridad y calidad del agua, no hay mayor problema por apuntar a los bebés a clase de natación, salvo porque sean muy chiquitines y tengan problemas para regular la temperatura o sean, por ejemplo, propensos a infecciones de oído. "Por acudir antes a estas clases no se gana nada. El ritmo de maduración del niño no se puede cambiar y por muchas clases que dé aprenderá a hacer aquello para lo que esté maduro", precisa.

Según esta experta, las investigaciones apuntan a que antes de que los pequeños cumplan dos años de edad no hay diferencia entre los niños que van a la piscina y los que no van, porque el sistema nervioso aún es inmaduro. No obstante, considera positivo llevar al niño o niña a la piscina antes de cumplir esa edad por todo lo que los padres, que le acompañan en las clases, puedan compartir con él, y asegura que esta experiencia en común reporta beneficios de tipo afectivo más que físico. "Hasta los cuatro años un niño no está listo para coordinar el movimiento de las extremidades con la respiración, sólo aprende a tener equilibrio, orientación y control de la posición del cuerpo", confirma.

1 comentario

JUANCA - MARIEL - DAMIAN -

NOS GUSTO MUCHO EL ARTICULO, YA QUE POSEE UN CONTENIDO IMPORTANTE PARA TENER EN CUENTA EN LA MATERIA!!!!